Pues si, muchos comentarios se han vertido sobre este "personaje", co-fundador del Gallo Rojo. Mítico jugador, amo del lateral, peligro constante para los atacantes del equipo contrario (o de cualquiera que se cruzara en su camino). Defensor sacrificado, amante del riesgo, y, sobre todo, entregado a la elástica rojilla. Álvaro fue maltratado desde el primer partido en el que ocupó el lateral del Gallo Rojo. Álvaro ha tenido lo que otros muchos han disimulado con técnica y pases de tacón, pundonor. No había balón al que Álvaro no llegara, jugada en la que no diera la cara, salto en el que no saltara. Otro "obrero", también fue a Alcaucín, gestó la idea que hoy todos conocéis. Quien no le recuerda a lomos de su ciclomotor, fumando, vestido de "futbolista" (con botas y todo) y con un plumón encima. Hoy está retirado del fútbol, aunque jugó hace poco con unas botas que tenían aproximadamente quince años y se sujetaban con cinta aislante. Cuida de sus dos criaturas y sigue casado con la que era su novia cuando empezábamos con este gusanillo.
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